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Salud laboral

Uno de los objetivos prioritarios de SATSE es potenciar el papel de los delegados y delegadas de prevención.

Enfermera ayuda a su compañera a realizar un vendaje a un paciente de COVID

Como profesión dedicada al cuidado de la salud, somos muy conscientes de la necesidad de promocionarla en todos los ámbitos de la vida y muy especialmente en el medio laboral, en el cual intervienen múltiples factores que pueden incidir negativamente sobre la salud de las personas trabajadoras.

Las enfermeras soportamos una demanda asistencial muy exigente y una permanente exposición a distintos riesgos inherentes a nuestro ejercicio profesional (agentes químicos, biológicos, radiaciones ionizantes y electromagnéticas, contactos eléctricos, riesgos psicosociales, agresiones, etc.), además de los riesgos derivados del ambiente de trabajo o riesgos ergonómicos que afectan también a los fisioterapeutas.

Riesgos biológicos

Las enfermeras somos los profesionales sanitarios que pasamos más tiempo en contacto directo con los pacientes por lo que tenemos un mayor riesgo a una exposición a agentes biológicos, como son las bacterias o virus (SARS-CoV-2, hepatitis B y C, o el de inmunodeficiencia humana –VIH-, entre otros), y podemos contagiarnos por cortes, pinchazos, salpicaduras…

Existen más de 20 enfermedades transmitidas por la sangre (parásitos, esporas, cultivos celulares humanos y de animales como priones o toxinas) que podemos sufrir por el reiterado contacto con personas que padecen las mismas. 

Riesgos químicos

Las actividades desarrolladas en los hospitales, centros de salud y establecimientos sociosanitarios hacen que estemos en contacto permanente con sustancias químicas y radiaciones peligrosas.

Esta exposición es, generalmente, de baja intensidad, pero de larga duración, por lo que el daño que se produce es a largo plazo, después de años o décadas de exposición

Estas enfermedades suelen ser crónicas-degenerativas con largos periodos de evolución y se manifiestan en edades tardías, como, por ejemplo, los tumores.

El uso de medicamentos peligrosos conlleva riesgos que incluyen, por ejemplo, que los profesionales puedan desarrollar:

  • Algún tipo de cáncer.
  • En caso de embarazo, malformaciones fetales o abortos.

Ley estatal

Desde SATSE venimos reclamando al Gobierno que apruebe una Ley estatal que acabe con los riesgos que supone la manipulación de este tipo de medicamentos considerados peligrosos.

También entendemos imprescindible la elaboración de un protocolo que establezca unas medidas de prevención y los dispositivos sanitarios para garantizar la seguridad de los profesionales.

Otra demanda es el desarrollo de programas de información y formación sobre los riesgos propios de la exposición a medicamentos peligrosos.

Riesgos ergonómicos

El trabajo relacionado con la manipulación manual de cargas, la higiene postural, los ruidos o el uso de pantallas de visualización de datos conlleva problemas físicos o mecánicos.

Riesgos psicosociales

El estrés y el burnout (síndrome del “profesional quemado”) es uno de los problemas de salud más importante que nos afecta.

Según el estudio Percepción de estrés en los profesionales de Enfermería en España en 2021”, la gran sobrecarga y tensión laboral sufrida por las enfermeras durante la pandemia del Covid-19 ha supuesto un notable empeoramiento de su salud a nivel físico y psicológico. 

Siete de cada diez sufren el síndrome del profesional “quemado” y casi nueve de cada diez se sienten estresados, mientras que la ansiedad, el temor o la angustia afecta a la práctica totalidad de estos profesionales.

El COVID no ha hecho más que poner de manifiesto la situación de vulnerabilidad de nuestro colectivo, algo que ha marcado un antes y un después con respecto a la Prevención de Riesgos Laborales. 

Protección del embarazo y la lactancia

Las enfermeras y fisioterapeutas embarazadas se pueden encontrar con distintos problemas en caso de que se estime necesaria la concesión de un permiso o la adaptación de su puesto por los riesgos que conlleva su actividad profesional durante los meses de gestación y lactancia (cortes, pinchazos, contagios, movilización de pacientes, manipulación de cargas, etc.).

Entre otras situaciones, existen problemas a la hora de ver concedido el permiso por riesgo en su embarazo, siendo generalizado el retraso en su concesión, entre otros motivos por las diferencias de criterio en cuanto a la semana de concesión o por la valoración del inspector del INSS o de la Mutua correspondiente, al no existir unos protocolos que fijen unas reglas uniformes.

También es generalizada la inexistencia de puestos de trabajo establecidos y regulados específicamente para que puedan ser desempeñados por las trabajadoras embarazadas durante los meses de gestación y lactancia.

Por ello, desde SATSE reclamamos que haya una normativa clara que acabe con la arbitrariedad existente según el centro de trabajo y la CC.AA. donde se esté trabajando y que se ofrezca una protección real y efectiva a unas profesionales que, por las características intrínsecas de su actividad laboral, se ven expuestas en su estado gestacional, tanto ellas como sus futuros hijos, a numerosas situaciones que ponen en riesgo su salud e integridad física.

Delegados de prevención

A pesar de que existe normativa específica en materia de riesgos laborales (Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales), que otorga a las organizaciones sindicales, a través de los delegados y delegadas de prevención, la capacidad de vigilancia, control e intervención en materia de riesgos laborales, aún queda mucho por hacer. 

Por ello, parte de nuestros esfuerzos se dirigen a la defensa de una implantación real y efectiva de la normativa de prevención de riesgos laborales y a promover una cultura preventiva en el ámbito sanitario, tanto en los profesionales como en las propias organizaciones sanitarias.

Uno de nuestros objetivos prioritarios es potenciar el papel de los delegados y delegadas de prevención, siendo una de nuestras líneas transversales de formación de los nuevos delegados. 

Para ello, les dotamos de las herramientas necesarias para que puedan desarrollar sus funciones en materia de salud laboral, en cuanto al cumplimiento de la legislación de PRL, e incidiendo fundamentalmente en la evaluación de puestos, la detección de riesgos, la cultura preventiva y la vigilancia de la salud.